El archipiélago de las Azores está compuesto por nueve islas situadas en medio del Atlantico que forman parte del conjunto volcánico de la Macaronesia, por lo que el clima es húmedo y lluvioso; la corriente del Golfo de México suaviza las temperaturas.
El archipiélago parece haber evitado la fase de turismo depredador debido a la falta de playas y ha sabido mantener intactos sus recursos naturales. Su acusada ruralidad y la amabilidad del trato son valores característicos de la isla.
La isla de San Miguel es la mayor del archipiélago y la más visitada. Presenta una superficie de 744,6 km2 y tiene una población aproximada de 130.000 habitantes.
Su principal reclamo se encuentra en la naturaleza: sus grandes cráteres o calderas ocupados por lagos, sus jardines botánicos y los miradores que se suceden sobre la costa.
Los jardines más interesantes de la isla son los siguientes:
JARDÍN DE ANTONIO BORGES (Ponta Delgada)
Situado en la capital, Ponta Delgada, constituye un ejemplo de jardín botánico de recreo de estilo romántico del siglo XIX.
Entre 1858 y 1861 se concluye la estructura física del jardín, proyectado por su propietario António Borges da Câmara Medeiros (1812-1879). En los años siguientes se realizarán las plantaciones con ejemplares de flora exótica traídos de viveros europeos, dominando las especies de Australia y Nueva Zelanda.
El jardín presenta grandes movimientos de tierra potenciando los accidentes naturales y modelando escenarios románticos de gran efecto escénico.
Actualmente el jardín pertenece a la Câmara Municipal de Ponta Delgada y en él se pueden observar las ruinas de la casa de Antonio Borges. Mantiene una buena colección de árboles de diferentes especies, algunos de ellos de tamaño considerable como el Ficus elastica de la imagen, con sus sorprendentes raíces aéreas.
Destacan las grutas de piedra volcánica distribuidas por el jardín que crean una ambiente misterioso como si se tratara de túneles volcánicos existentes en la isla.
JARDÍN JOSÉ DO CANTO (Ponta Delgada)
Situado muy cerca del anterior también pertenece al siglo XIX.
José do Canto -fue uno de los grandes figuras culturales de la época- inció su plantación hacia 1840 en tierras que pertenecían a su familia desde las generaciones del siglo XV.
La planta inicial del parque fue realizada por el arquitecto inglés David Mocatta, que durante medio siglo trajo especies de todo el mundo. José do Canto adquirió gran número de plantas exóticas de viveros de Paris, Londres y Bruselas.
A finales del siglo XIX fue considerado el mayor jardín botánico privado de Europa por E. Goeze, director del jardín de la Universidad de Coimbra, quien lo visitó en 1867 y escribió lo siguiente: “La riqueza del jardín de Mr. José do Canto es incuestionable, presentando más de 3000 variedades.
El jardín ha pertenecido a la misma familia durante 20 generaciones y todavía existen varios edificios de la época. El invernadero victoriano (adaptado como pabellón de fiestas) La iglesia de Santa Ana del siglo XVII, y la mansión principal del siglo XVIII que está siendo restaurada. El proyecto inicial nunca fue concluido, solo una tercera parte del edificio fue construido, siendo en la actualidad un pequeño hotel.
El palacio es de estilo neoclásico diseñado por el italiano Antonio Palladio (1508-1580). Fue construido con material local y realizado por obreros locales de la isla. La estructura es de basalto, realizada con grandes bloques se necesitaron alrededor de 3500 piedras, las cuales fueron cortadas a mano.
JARDIN TERRA NOSTRA (Furnas)
Situado en la localidad de Furnas, es un jardín de 12,5 Ha de finales del siglo XVIII, finales del XIX.
Su historia está íntimamente ligada a la evolución de la ciudad de Furnas como centro termal y estancia de verano. Este jardín siempre ha sido uno de los lugares más conocidos de la isla para locales y visitantes, atraídos por los baños termales, por los magníficos escenarios y por la variedad y riqueza de la vegetación.
Thomas Hickling (1745-1834) natural de Boston y residente de Ponta Delgada, visitó Furnas hacia el año 1770 que le despertó gran intereses e hizo que más tarde comprara una pequeña propiedad en el centro de la aldea donde construyó una casa de campo. Fue conocida en la isla como Yankee Hall. En frente de la casa construyó un lago artificial donde pescar en su bote.
Yankee Hall fue sustituido por la actual Casa do Parque después de vender la propiedad al vizconde de Praia en 1848. Duarte Borges de Câmara Medeiros (1799-1872) era un amante de la jardinería y amplió significativamente el jardín e introdujo numerosas especies exóticas, entre las cuales destaca el género Araucaria alrededor del estanque, novedad botánica que por aquel entonces tan solo podía comprarse en Inglaterra.
Nuevos cambios tuvieron lugar con el hijo del vizconde que contrató un jardinero inglés, de nombre Milton, responsable del diseño en serpentín del cauce de agua que recorre el jardín y finaliza en una gruta de estilo romántico.
Una nueva fase empezó con la creación de la sociedad Terra Nostra que construyó un hotel en 1954.
El jardín tuvo una importante operación de restauración por el jardinero escocés John McEnroy. Durante 3 años se procedió a la limpieza de los lagos, a redescubir caminos perdidos entre la vegetación, plantar la larga avenida de Ginkgo biloba, diseñar otro lago artificial, realizar nuevas plantaciones y acondicionar la piscina termal como principal atracción del hotel.
Durante años el parque ha seguido madurando, y se han ido añadiendo nuevas plantaciones a la colección botánica. En 1990 intervino el equipo inglés de David Sayer y Richar Gree.
En el año 2000 se añadió el Jardín de Cycas, la segunda colección de Cicadaceae en Portugal con alrededor de 55 ejemplares de esta familia.
También consta de un apartado con plantas endémicas de la isla, el jardín de los helechos con ejemplares que superan los 4 metros de altura, compuesto por más de 140 especies entre helechos arbóreos y helechos herbáceos, algunos endémicos de la isla.
La avenida de palmeras (Archontophoenix cunninghamiana), plantadas en 1880 es una de las avenidas principales.
La avenida de Ginkgos de 300 metros de longitud es impresionante por su longitud y por el tamaño que presentan los ejemplares de este mítico árbol de origen asiático conocido como “fósil viviente” por ser el único superviviente de un linaje ya desaparecido.
Bibliografía: Parques e Jardins dos Açores. Autora: Isabel Soares de Albergaria
El archipiélago parece haber evitado la fase de turismo depredador debido a la falta de playas y ha sabido mantener intactos sus recursos naturales. Su acusada ruralidad y la amabilidad del trato son valores característicos de la isla.
La isla de San Miguel es la mayor del archipiélago y la más visitada. Presenta una superficie de 744,6 km2 y tiene una población aproximada de 130.000 habitantes.
Su principal reclamo se encuentra en la naturaleza: sus grandes cráteres o calderas ocupados por lagos, sus jardines botánicos y los miradores que se suceden sobre la costa.
Los jardines más interesantes de la isla son los siguientes:
JARDÍN DE ANTONIO BORGES (Ponta Delgada)
Situado en la capital, Ponta Delgada, constituye un ejemplo de jardín botánico de recreo de estilo romántico del siglo XIX.
Entre 1858 y 1861 se concluye la estructura física del jardín, proyectado por su propietario António Borges da Câmara Medeiros (1812-1879). En los años siguientes se realizarán las plantaciones con ejemplares de flora exótica traídos de viveros europeos, dominando las especies de Australia y Nueva Zelanda.
El jardín presenta grandes movimientos de tierra potenciando los accidentes naturales y modelando escenarios románticos de gran efecto escénico.
Actualmente el jardín pertenece a la Câmara Municipal de Ponta Delgada y en él se pueden observar las ruinas de la casa de Antonio Borges. Mantiene una buena colección de árboles de diferentes especies, algunos de ellos de tamaño considerable como el Ficus elastica de la imagen, con sus sorprendentes raíces aéreas.
Destacan las grutas de piedra volcánica distribuidas por el jardín que crean una ambiente misterioso como si se tratara de túneles volcánicos existentes en la isla.
JARDÍN JOSÉ DO CANTO (Ponta Delgada)
Situado muy cerca del anterior también pertenece al siglo XIX.
José do Canto -fue uno de los grandes figuras culturales de la época- inció su plantación hacia 1840 en tierras que pertenecían a su familia desde las generaciones del siglo XV.
La planta inicial del parque fue realizada por el arquitecto inglés David Mocatta, que durante medio siglo trajo especies de todo el mundo. José do Canto adquirió gran número de plantas exóticas de viveros de Paris, Londres y Bruselas.
A finales del siglo XIX fue considerado el mayor jardín botánico privado de Europa por E. Goeze, director del jardín de la Universidad de Coimbra, quien lo visitó en 1867 y escribió lo siguiente: “La riqueza del jardín de Mr. José do Canto es incuestionable, presentando más de 3000 variedades.
El jardín ha pertenecido a la misma familia durante 20 generaciones y todavía existen varios edificios de la época. El invernadero victoriano (adaptado como pabellón de fiestas) La iglesia de Santa Ana del siglo XVII, y la mansión principal del siglo XVIII que está siendo restaurada. El proyecto inicial nunca fue concluido, solo una tercera parte del edificio fue construido, siendo en la actualidad un pequeño hotel.
El palacio es de estilo neoclásico diseñado por el italiano Antonio Palladio (1508-1580). Fue construido con material local y realizado por obreros locales de la isla. La estructura es de basalto, realizada con grandes bloques se necesitaron alrededor de 3500 piedras, las cuales fueron cortadas a mano.
JARDIN TERRA NOSTRA (Furnas)
Situado en la localidad de Furnas, es un jardín de 12,5 Ha de finales del siglo XVIII, finales del XIX.
Su historia está íntimamente ligada a la evolución de la ciudad de Furnas como centro termal y estancia de verano. Este jardín siempre ha sido uno de los lugares más conocidos de la isla para locales y visitantes, atraídos por los baños termales, por los magníficos escenarios y por la variedad y riqueza de la vegetación.
Thomas Hickling (1745-1834) natural de Boston y residente de Ponta Delgada, visitó Furnas hacia el año 1770 que le despertó gran intereses e hizo que más tarde comprara una pequeña propiedad en el centro de la aldea donde construyó una casa de campo. Fue conocida en la isla como Yankee Hall. En frente de la casa construyó un lago artificial donde pescar en su bote.
Yankee Hall fue sustituido por la actual Casa do Parque después de vender la propiedad al vizconde de Praia en 1848. Duarte Borges de Câmara Medeiros (1799-1872) era un amante de la jardinería y amplió significativamente el jardín e introdujo numerosas especies exóticas, entre las cuales destaca el género Araucaria alrededor del estanque, novedad botánica que por aquel entonces tan solo podía comprarse en Inglaterra.
Nuevos cambios tuvieron lugar con el hijo del vizconde que contrató un jardinero inglés, de nombre Milton, responsable del diseño en serpentín del cauce de agua que recorre el jardín y finaliza en una gruta de estilo romántico.
Una nueva fase empezó con la creación de la sociedad Terra Nostra que construyó un hotel en 1954.
El jardín tuvo una importante operación de restauración por el jardinero escocés John McEnroy. Durante 3 años se procedió a la limpieza de los lagos, a redescubir caminos perdidos entre la vegetación, plantar la larga avenida de Ginkgo biloba, diseñar otro lago artificial, realizar nuevas plantaciones y acondicionar la piscina termal como principal atracción del hotel.
Durante años el parque ha seguido madurando, y se han ido añadiendo nuevas plantaciones a la colección botánica. En 1990 intervino el equipo inglés de David Sayer y Richar Gree.
En el año 2000 se añadió el Jardín de Cycas, la segunda colección de Cicadaceae en Portugal con alrededor de 55 ejemplares de esta familia.
También consta de un apartado con plantas endémicas de la isla, el jardín de los helechos con ejemplares que superan los 4 metros de altura, compuesto por más de 140 especies entre helechos arbóreos y helechos herbáceos, algunos endémicos de la isla.
La avenida de palmeras (Archontophoenix cunninghamiana), plantadas en 1880 es una de las avenidas principales.
La avenida de Ginkgos de 300 metros de longitud es impresionante por su longitud y por el tamaño que presentan los ejemplares de este mítico árbol de origen asiático conocido como “fósil viviente” por ser el único superviviente de un linaje ya desaparecido.
Bibliografía: Parques e Jardins dos Açores. Autora: Isabel Soares de Albergaria
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