20 de noviembre de 2014

La inexpugnable cardencha.
Revista Quercus nº 321

La cardencha se establece en terrenos abandonados en cuando aumenta un poco la humedad del suelo. Dos años después destacará por su porte entre las demás hierbas, así como por sus llamativas y punzantes inflorescencias.


Las abundantes espinas que cubren sus tallos e
inflorescencias protegen a la cardencha (Dipsacus fullonum)
de los animales herbívoros.

En los retales de campo que aún consienten nuestras ciudades, en esos fragmentos diseminados de la naturaleza mediterránea, todo puede cambiar si las condiciones se alteran: la presencia en el suelo de una mayor cantidad de arcilla, una ligera depresión en el terreno, la oportuna sombra de una señal de tráfico o cualquier fuga en la red de saneamiento será suficiente para permitir un ligero incremento en la disponibilidad de agua. Es entonces cuando emergen otras plantas, especies más ligadas a las orillas de los arroyos que aparecen para sorpresa del naturalista urbano. Aunque pueda parecernos imperceptible, un poco más de humedad en el terreno será suficiente para que irrumpan nuevos protagonistas.

Por otra parte, los sucesos evolucionarán allí con cierta demora. Las plantas, al disponer de mayor humedad, tardarán más en agostarse e incluso algunas no lo harán. Su llamativo color verde nos dará la pista, pero un claro enriquecimiento del elenco florístico resulta definitivo a la hora de localizar estas zonas. Entre las hierbas más llamativas, tanto por su envergadura como por su atractiva floración, destaca la carda, cardencha o cardo de cardas (Dipsacus fullonum). Pero no deben confundirnos, ni su apariencia, ni sus diversos nombres, pues nada tiene que ver con los cardos, a pesar de las flores similares y sus abundantes espinas. Mientras que los cardos pertenecen a la familia de las Compuestas, la cardencha forma parte de las Dipsacáceas.

22 de septiembre de 2014

¿Por qué los árboles se caen?

Sorprende ver en los periódicos y telediarios de ámbito nacional el protagonismo que está teniendo en estos días el arbolado urbano. La pena es que este inesperado interés no está relacionado con los demostrados beneficios que nos aporta este involuntario compañero urbanita. Por desgracia, la rotura de algunas ramas ha provocado la muerte de dos personas, una adversidad que probablemente se podría haber evitado. Sin lugar a dudas un hecho lamentable, pero también anecdótico. Es importante que no nos dejemos manipular por el sensacionalismo de los medios de comunicación que tan buenos resultados les aporta. Escuchando las noticias parece que los árboles madrileños se han puesto de acuerdo para desplomarse uno tras otro, hasta no quedar uno solo en pie…


Seamos sensatos. Todos sabemos que donde hay un árbol hay un riesgo, y más en un entorno con una alta densidad de vehículos y transeúntes. Es cierto que una adecuada gestión del arbolado urbano debería reducir este tipo de daños, pero nunca se eliminarán por completo. Aunque es igual de cierto que la reducción de un 30% en la partida presupuestaría de conservación del arbolado público no ayuda a reducir estas catástrofes. Árboles y ramas rotas ha habido y habrá siempre, pero el problema del que nadie parece querer hablar es que nadie quiere realmente hablar de los árboles. De sus daños sí, pero no de sus virtudes y, muy especialmente de sus necesidades.

Y es que no nos engañemos, las ciudades son entornos hostiles tanto para el hombre como para los árboles. Lo curioso es que para mejorar el ambiente de las ciudades al hombre se le ha ocurrido la genial idea de utilizar a los árboles. Lo paradójico es que se hace sin escucharlos, sin entenderlos. De nada menos que de 2.000.000 de ciudadanos-árbol presume la capital de España. Un elevado patrimonio que se empeñan en seguir aumentando de forma compulsiva sin, sorprendentemente, tener en cuenta las necesidades de los propios árboles. Demasiado tiempo obsesionados por la cantidad y olvidándonos de la calidad. De estos ciudadanos-árbol, 300.000 han sido forzados a vivir en calles y avenidas. Esos son sin duda los peor tratados, y ello a pesar del alto riesgo que supone el daño a bienes o personas. ¿Los motivos? Innumerables, véanse: especies mal seleccionadas, alcorques reducidos, podas severas, reducción del sistema radicular, compactación, fitotoxicidad, hipoxia, hongos xilófagos, descompensación hídrica, etc., etc. y etc. Por este motivo estamos bastante de acuerdo con lo publicado hace unos días atrás, no sin cierta sorna, en el diario El País por el periodista y escritor Julio Llamazares:

Yo tengo, no obstante, una teoría que, aunque algunos tacharan de imaginativa, cada vez estoy más convencido de que es cierta: que los árboles madrileños se suicidan para no seguir viendo la decadencia, la suciedad, la desidia, la tristeza y la falta de ilusión de una ciudad que no ha mucho tiempo presumía de ser la más moderna y vital de Europa…


Añadimos una entrevista realizada por la Universidad Camilo José Cela a Ramón, en la que se discuten los motivos de la caída de los árboles en Madrid.


26 de agosto de 2014

La mágica hierba de San Juan
Revista Quercus nº 320

La hierba de San Juan es capaz de prolongar su ciclo de crecimiento y eludir el agostamiento que padecen otras plantas. De este modo, su floración se mantiene lozana durante varias estaciones. Todo ello gracias a su enorme resistencia y a las peculiares sustancias tóxicas que genera para defenderse de los herbívoros.

 

La flores de la hierba de San Juan (Hypericum perforatum)
carecen de néctar, pero su abundante polen es capaz de atraer a numerosos insectos.

A principios del otoño todavía se aprecian los restos de la dura batalla librada en nuestros campos durante el verano. Las hierbas que se agostaron hace varios meses siguen erguidas, enjutas y teñidas de un monocromo color pajizo. Algo desmoronadas, las inflorescencias secas y las espigas vacías narran el final de una historia.

Pero, casi de inmediato, empieza a atisbarse el comienzo de un nuevo ciclo para muchas de las hierbas mediterráneas. Las deseadas lluvias otoñales aportarán enseguida la humedad necesaria para favorecer la germinación de las especies más precoces. Mientras tanto, unas pocas plantas que sobrevivieron a los duros calores estivales siguen todavía en flor, aunque ya inmersas en el desánimo otoñal. Comienza otra lenta transformación en los campos, pero algunas de las plantas que protagonizaron el verano parecen resistir, al menos durante unos días más. En las ciudades, los últimos fragmentos de naturaleza en aleatoria distribución alivian al urbanita sensible al introducir ese ciclo natural en un entorno tan gris. 

Uno de sus representantes más notorios es la hierba de San Juan (Hypericum perforatum), que no ha dejado de florecer desde el mes de junio. De ahí su nombre vulgar, pues las primeras flores vinieron a coincidir con la festividad del santo. Pero el curso estacional continúa y, al llegar los días fríos, la hierba de San Juan desaparecerá, al menos temporalmente.

30 de julio de 2014

EL SAXAUL: NÓMADA DEL DESIERTO

Las llanuras de Asia Central destacan por ser una de las regiones más desiertas del planeta, y es aquí donde se localiza el conocido desierto del Gobi. Para que nos hagamos una idea, la oscilación térmica de estas zonas se encuentra entre las más marcadas del mundo; pues las temperaturas mínimas alcanzan durante la estación fría los –40 °C, mientras que en verano pueden superar los 45 °C. Si a esto añadimos la escasez de precipitaciones, rondando entre 10 a 250 mm al año en su mayor parte durante el verano, entenderemos mejor las causas de su aridez extrema.


Haloxylon sp.
Singing Dunes. Altyn Emel National Park. (Kazajistán)
En estas condiciones tan limitantes, pocas son las plantas que se atreven a conquistar estas tierras. La mayoría de las plantas que viven en estas regiones son herbáceas de la familia de las gramíneas. Sin embargo, como hemos podido comprobar en nuestro reciente viaje a Kazajistán, en medio de toda esta aridez destaca una única leñosa: el sorprendente saxaul (Haloxylon sp.).
Saxaul. (Haloxylom ammodendron)
Saxaul. (Haloxylom ammodendron)

Estas plantas son para algunos un pequeño árbol, aunque para otros sea tan solo un gran arbusto. Sea como fuere el nombre del género ya nos previene de su destacada austeridad. Haloxylon deriva de las palabras griegas halo = "salino" y xylon = "madera" lo que significa "madera de sal", aludiendo tanto a su carácter leñoso como a su resistencia a altos niveles de salinidad. De hecho, la capacidad de acumular sal en sus hojas es una valiosa adaptación que le permite sobrevivir en estas situaciones de extrema sequía. El género Haloxylon sorprende por ser de las escasas especies leñosas de la familia Amaranthaceae. En Kazajistán podemos encontrar tres especies estrechamente relacionadas, de compleja identificación: Haloxylon ammodendron (saxaul), Haloxylon persicum (saxaul blanco) y Haloxylon aphyllum (saxaul negro).

PECUALIARES ADAPTACIONES

La señalada capacidad del saxaul de resistir condiciones tan extremas de aridez está muy relacionada con sus peculiares adaptaciones. En primer lugar destaca la citada resistencia a altos niveles de salinidad, reteniendo en sus ramillas una elevada concentración de sales, lo que aumenta considerablemente su capacidad de absorción de agua. Una madera pesada y resistente, le permite además soportar los continuos y severos vientos. Otra valiosa adaptación es su peculiar corteza esponjosa, capaz de almacenar la escasa agua disponible unos pocos días de lluvia al año.
Haloxylon ammodendron (saxaul)
Detalle de la flor y ramas de Saxaul
Pero su elevada resistencia también parece estar ligada al desarrollo de sus raíces, como así lo han demostrado investigadores chinos. Estos científicos han comprobado que el sistema radicular del saxaul es capaz de crecer más rápido que su parte aérea, en especial durante sus primeros años. De tal forma que las jóvenes plantas disponen de una extensa red de raíces mucho mayor que su parte aérea. Ya en su etapa adulta el saxaul presentará dos tipos de raíces en su mayoría suculentas. Por un lado desarrolla una amplia red de raíces muy superficiales, lo que favorece la rápida absorción de la mayor cantidad posible de agua de lluvia y el aprovechamiento del rocío matinal. Pero además, estas plantas disponen de un sistema radicular mucho más profundo, capaz de localizar humedad en el subsuelo y mejorar su anclaje. Un doble sistema que proporciona el agua necesaria para soportar largos periodos de sequía y colabora en la sujeción de la planta durante las temporadas de vientos intensos habituales en estas regiones.

Por último, la carencia de agua ha llevado a estas plantas, al igual que nuestras comunes retamas mediterráneas, a producir la energía necesaria a través de sus ramas (filofios). De esta forma se limita considerablemente el número de estomas (y por tanto, la pérdida de agua) y se reduce el gasto que supone depender de unas estructuras tan frágiles. ¡Un fantástico ejemplo de convergencia evolutiva!

VALIOSOS RECURSOS

De la corteza de estas plantas es posible extraer agua potable, lo cual convierte al saxaul en una importante fuente de este escaso recurso en los territorios áridos. Un bien de importancia crítica para los pueblos nómadas de los desiertos de Asia Central. Además estas plantas proporcionan forraje suficiente como para poder mantener el ganado. E incluso de su madera se obtiene un tinte verde que los tejedores tradicionales de Turkmenistán utilizan para teñir la lana que incorporan en sus exquisitas alfombras. 


Masas de Saxaul en Singing Dunes

Pero quizá el recurso más valioso que aporta a las tribus nómadas es su madera. Pues hemos de pensar que en muchos lugares es la única planta leñosa, una madera necesaria para su supervivencia pues la emplean para cocinar y darse calor. Este fue el motivo que llevó a mediados del siglo XIX, tras la introducción de los primeros barcos de vapor por la marina imperial rusa al mar de Aral, al gobernador general Vasily Perovsky ordenar al comandante del Fuerte Aralsk que recogiera grandes cantidades de madera de saxaul con la intención de emplearlo para abastecer de combustible a estos barcos en su primer viaje en 1851. 

Afortunadamente, al poco tiempo de emplear esta madera la marina rusa rechazó su uso, por ser una madera dura y difícil de cortar, con troncos retorcidos y nudosos que hacía complejo su almacenamiento. De ahí que al año siguiente se decidiera que la flotilla del mar de Aral utilizara carbón como su principal combustible. Y ello a pesar de los grandes costes que suponía enviar el carbón en caravana de camellos.

Un uso más reciente ha sido en las regiones áridas de China donde se ha empleado para crear cinturones verdes alrededor de las poblaciones. Estas pantallas de protección han resultado de gran eficacia para reducir la erosión del viento y estabilizar las dunas de arena, ayudando a contrarrestar el proceso de desertificación.

EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Pero el hecho de ser la única especie leñosa pone en riesgo a muchas de las poblaciones de saxaul. Y es que su alto poder calorífico ha hecho que sea talada indiscriminadamente. Durante las últimas décadas, estos bosques han reducido su área natural drásticamente. Se cree que esta disminución puede alcanzar hasta el 50 % durante los pasados 25 años. Pero ha sido durante los últimos años, ligado a la crisis energética de Asia Central, cuando más se han dañado sus poblaciones. 

En la actualidad todas las especies del género Haloxylon se encuentran catalogadas como en peligro de extinción.

Se ha podido demostrar que la desaparición de las formaciones de saxaul está relacionada con el aumento de las tormentas de arena, cada vez más nocivas en las regiones de Mongolia.

SU ETERNA COMPAÑERA

Pero las raíces de saxaul alojan a otra curiosa especie, la parásita jopo de lobo (Cynomorium songaricum). El significado del nombre genérico nos recuerda la peculiar forma de sus flores. Así, deriva del griego: kynomórion, –latinizada cynomorion –compuesta por los términos kynós = "perro" y mórion = "pene". Es decir, algo así como “pene de perro”.

Jopo de lobo (Cynomorium songaricum)
Eternas compañeras
Saxaul (Haloxylon ammodendron)
Jopo de lobo (Cynomorium songaricum)

Una planta de la familia de Cynomoriaceae, que presenta especies muy valoradas en los herbolarios tradicionales asiáticos capaces de producir sustancias que combaten una gran cantidad de enfermedades. 
Tradicionalmente ha sido empleada en males tan diversos como infertilidad, visión borrosa, pérdida de la memoria, calvicie, trastornos del equilibrio o problemas cardíacos. Sus supuestas propiedades afrodisíacas hacen que esta planta también sea conocida como "ginseng del desierto".

Jopo de lobo (Cynomorium songaricum)
Inflorescencia de Jopo de lobo

Sin embargo, una relación tan íntima con el saxaul han llevado a esta especie a una situación muy similar. Debido tanto a la disminución de su planta huésped como a su popularidad en la industria farmacéutica asiática.
Jopo de lobo (Cynomorium songaricum)
El autor fotografiando el Jopo de lobo
(Cynomorium songaricum)
La especie Cynomorium songaricum se encuentra emparentada con la mítica “fungus rock” (Cynomorium coccineum) de la que hablamos en este blog hace tan solo unos pocos meses.

15 de julio de 2014

Taller de Ilustración Botánica con Isik Güner.

La semana pasada asistimos, en Barcelona, al Taller de Ilustración Botánica impartido por Isik Güner. Una destacada ilustradora que se formó como Ingeniero Ambiental en la Universidad de Marmara, en Estambul. Durante su curso de graduación comenzó a estudiar Ilustración botánica, bajo la tutela de Christabel King e inmediatamente después de graduarse en el año 2006 empezó a trabajar a dedicación exclusiva como artista botánica. Actualmente participa en varios proyectos científicos en Nezahat Gökyiğit Jardín Botánico, Estambul (NGBB) y el Real Jardín Botánico de Edimburgo (RBGE).
Las clases se desarrollaron a lo largo de una intensa semana, donde aprendimos nuevas técnicas de acuarela aplicadas a la ilustración botánica. Los asistentes tuvimos el placer de conocer las técnicas que utiliza esta estupenda ilustradora turca, compartir sus experiencias y conocer sus trabajos.

Taller de ilustración botánica. Isik Güner.
Estudio de pétalo de Alstromeria pulchra.
Realizado por Isik Güner.

A los profanos les sorprenderá que tras estos bellos dibujos hay un método riguroso de trabajo y muchas horas de dedicación.

El primer paso es elegir un fragmento de la planta a ilustrar. Es importante que reuna las características más comunes de la especie y que además de cumplir su cometido científico sea artísticamente interesante. Pero cuidado!! en este tipo de dibujo al natural, el tiempo es el gran enemigo del ilustrador, especialmente con aquellas plantas que se marchitan con rapidez. Para mantener su lozanía es fundamental mantenerlas en todo momento en agua, fijándolas en el recipiente con cinta adhesiva para evitar cualquier movimiento, que modificaría el punto de vista desde el que las estamos dibujando.
Taller de ilustración botánica. Isik Güner.
Isik realizando un apunte de cala (Zantedeschia sp.)
Una vez preparado el material vegetal, tomaremos un apunte a lápiz sobre nuestro cuaderno de bocetos. Para no desviarnos de las dimensiones de la planta podemos emplear un compás de dos puntas. Con esta herramienta iremos midiendo cada hoja y cada espacio plasmándolo poco a poco en el papel.

Este borrador se transfiere con la ayuda de papel vegetal, con un trazo muy fino, con líneas claras y precisas que serán el esquema sobre el que haremos la lámina a acuarela en un papel adecuado. En él tomaremos apuntes de color, textura, luces y sombras suficientes para poder realizar la ilustración definitiva. 

Taller ilustración botánica. Isik Güner
Mesa de trabajo. Isik Güner.
La forma de trabajar de Isik prioriza tomar apuntes de forma y color muy precisos que reúnan todos los datos necesarios para la imagen final, antes de que el ejemplar que copia se marchite.

Borrador de cala.
Realizado por Isik Güner.
Isik nos mostró cómo observar las luces y cómo expresar correctamente el volumen, recordándonos que la finalidad de una ilustración cinetífica es comprender cómo es una planta en concreto y aclarar detalles de la inserción del peciolo en el tallo o la posición de las hojas, describiéndolo a través de nuestros trazos y del color. Es en este punto en donde nos recomendaba hacer muchas fotos del ejemplar con el que estamos trabajando. Aunque las fotografías alteran la forma y no transmiten los colores con exactitud, son muy útiles para estudiar las luces y las sombras, y, en definitiva, los volúmenes.
Borrador de pitosporo (Pittosporum tobira).
Realizado por A. Cristina Losa.
Para comenzar a dar color debemos incorporar en las primeras capas la acuarela utilizando mucha agua y poco pigmento, técnica que hace posible la rectificación de casi cualquier error en capas posteriores y que permite cierta relajación ante el pánico de la hoja en blanco. 

Con dos pinceles, trazos amplios y respetando el papel en las zonas de luz, se va añadiendo el color en múltiples capas.

Cuanto más avanzado está el dibujo, más pigmento y menos humedad se incorpora con cada pincelada. El resultado de observa en los trabajos de Isik Güner, pues tras muchas horas de trabajo consigue acabados espectaculares, llenos de color, luz e infinidad de detalles mínimos que se escapan a la vista si no se observa concienzudamente. Cualquiera de sus láminas DIN A3 conlleva un trabajo de estudio de al menos 1 mes. 

Taller de ilustración botánica. Isik Güner.
Trabajos de las alumnas del taller.
La paciencia, el talento y su generosidad a la hora de enseñarnos su técnica han sido actitudes constantes de esta gran artista, que a pesar de su juventud, gracias a su constancia y rigor, ha sido galardonada con varias medallas de oro en diferentes premios del Reino Unido.

10 de abril de 2014

El peligroso mastuerzo bárbaro.
Revista Quercus nº 319


Pocas hierbas son capaces de convivir con el mastuerzo
 bárbaro (Cardaria draba) debido a las sustancias tóxicas 
que libera en el terreno circundante.
Los peculiares sistemas defensivos del mastuerzo bárbaro le permiten protegerse tanto de los animales herbívoros como de las plantas competidoras. La estrategia consiste en generar una serie de sustancias tóxicas para asegurarse un rápido y seguro crecimiento.

Ya sea desde nuestro vehículo o a través de la ventanilla del tren, no será difícil localizar ejemplares de mastuerzo bárbaro u oriental (Cardaria draba) durante los anhelados desplazamientos veraniegos. Es una especie abundante en toda Europa y fácil de reconocer, incluso a cierta distancia. Ocupa casi siembre grandes extensiones salpicadas por miles de florecillas blancas, lo que refleja su renuencia a compartir el terreno con otras plantas. En efecto, sus agresivos estolones invasores, la capacidad para inhibir el crecimiento de otras hierbas y un eficaz arsenal de defensas químicas hacen que sea prácticamente inmune a los depredadores y le otorga cierta primacía frente a las demás plantas que compiten por el mismo hábitat.

Aunque, para alcanzar tan amplia área de distribución, algo tuvieron que ver nuestros medios de transporte. Fue a través de carreteras, vías férreas y puertos marítimos como esta especie logró propagarse por la mayor parte de Europa. Todo parece indicar que, durante la Segunda Guerra Mundial, las semillas del mastuerzo bárbaro viajaron miles de kilómetros mezcladas con los cereales que circulaban para abastecer a las tropas. De esta forma se ha extendido por buena parte de Eurasia y ha llegado a alcanzar el sur de Finlandia.

17 de marzo de 2014

La ruta del mimbre

En esta ocasión os queremos recomendar un pequeño viaje invernal de tan solo un día, o quizá dos si nos lo tomamos con tranquilidad.Una oportunidad para disfrutar de los “paisajes del mimbre”, de la Serranía de Cuenca y de su bella y vella ciudad.
Ruta del mimbre Salix purpurea
Ruta del mimbre

Ruta del mimbre
Localización desde Madrid
Os sugerimos que os dejéis atrapar por sus paisajes invernales en una fecha que ya anticipa la llegada con toda su energía de la brotación primaveral. El mes de febrero es quizá la época más adecuada para disfrutar de los contrastes cromáticos. Aunque a buen seguro en otras estaciones merece la pena su recorrido.
Ruta del mimbre Salix purpurea
Paisaje cultivos del mimbre

Y es que pocos saben que en las tierras de la Serranía de Cuenca se produce hasta el 80 % del mimbre español. Seguro que muchos se podrían imaginar que este material vegetal, siempre ligado a lugares húmedos, se cultivaría en el norte de la península ibérica por su afinidad climática. Sin embargo, ha sido en estos retales de tierras castellanas, en su día recorridas por el Cid Campeador, donde han sabido cultivar este sauce.
Su masivo cultivo ha generado unos paisajes sorprendentes por su colorido que contrastan con el discreto paisaje agrícola. A la vera siempre de los modestos ríos Trabaque y Escabas, en las tierras fértiles de las vegas de los pueblos Albalate de las Nogueras, Villaconejos de Trabaque, Priego, Cañamares, Fuertescusa, Cañizares, Puente de Vadillos y Beteta se cultivan grandes extensiones de mimbre (Salix purpurea) que dejan su peculiar impronta.
Ruta del mimbre Salix purpurea
Proceso de cortado y acopiado del mimbre (Salix purpurea)

Un cultivo que desgraciadamente cada año se va reduciendo por su escasa demanda, y como otras tradiciones observamos su lenta agonía. Material tradicional reemplazado por materiales más “modernos”. Pronto el mimbre solo podremos verlo en museos y se habrá perdido el conocimiento de una cultura que fue transmitida de generaciones en generaciones hasta que nosotros decidimos desecharla. Es el precio de esta “moderna” sociedad.
Recorran la ruta y compren mimbre y estarán apoyando un cultivo milenario. Nosotros ya nos hemos comprometido a visitar estos lugares el próximo otoño, pues seguro que los colores otoñales son también un buen espectáculo.

2 de marzo de 2014

La Orden de San Juan y su planta mágica

Isla Gozo
Panorámica de la isla Gebla tal-General
Con la idea de celebrar la llegada del nuevo año decidimos casi de forma impulsiva visitar durante 10 días las tierras maltesas y recorrer sus islas más importantes (Malta y Gozo). Y allí nos acogieron cálidamente durante parte de las fiestas navideñas los amables malteses con los que pasamos buenos momentos. Descubrimos unas islas colmadas de abundante historia y bellas ciudades, de complejas conquistas y reconquistas a lo largo de su pasado tormentoso. Consecuencia de todo ello, o tal vez por la excesiva población que ha de acoger en su reducido territorio, son anecdóticos los lugares naturales que se conservan.

Pero aun así, el viaje valió la pena. Aprendimos mucho de historia y del valor de los malteses en circunstancias difíciles; descubrimos bellas ciudades, exploramos paisajes tradicionales y conocimos algunas curiosidades de la flora local y alóctona. Y quizá de todas las anécdotas botánicas la que más nos llamó la atención fue la historia de una peculiar planta conocida por los malteses como fungus rock. Una historia que ahora os queremos trasladar a vosotros.
isla Gebla tal-General
Isla Gebla tal-General

18 de febrero de 2014

El cardo borriquero, gigante castellano
Revista Quercus nº 318

Onopordum illyricum, Cardo borriquero
La gran altura del cardo borriquero (Onopordum illyricum )
 le hace destacar con facilidad frente al resto de herbáceas.
El cardo borriquero es probablemente una de las hierbas de mayor porte de la península Ibérica. Para conseguir esta gran altura en pocos meses deberá prepararse durante dos años. A cambio, tras su fructificación y cumplida su misión, agotados sus recursos, morirá.

Revista Quercus, Onopordum illyricum, Cardo borriqueroTodos los años con la llegada de los calores veraniegos muchas áreas baldías de la península ibérica sufren una interesante transformación que no debería dejarnos indiferentes. El cardo borriquero o del demonio (Onopordum illyricum), tras dos años de espera, con crecimiento más o menos calmado mientras almacena suficientes sustancias de reserva, comienza un desmesurado desarrollo que le llevará a alcanzar una gran altura, destacando frente al resto de herbáceas ya prácticamente agostadas.

17 de diciembre de 2013

Las almendras y la navidad

Algo aterrorizados nos hemos topado de golpe y porrazo con las fiestas navideñas. Aunque con cierta pereza, vamos poco a poco asimilando el cíclico ritual. Y aquí estamos otra vez, redactando una nueva felicitación!!!. No vaya a ser que alguien nos acuse de falta de espíritu navideño. Así que por espíritu que no quede, aunque desconfiemos de tan lúgubre personaje… 

Lo cierto es que durante todo este año hemos añorado algunas costumbres de estas fiestas. Pero no, no se trata del previsible encuentro con tres señores de profuso maquillaje y plásticas coronas en absurda compañía de pajizos pajes. Tampoco estamos hablando de un inquietante tipo de luenga barba, que luce sin pudor su enorme volumen, ataviado con preocupantes y prietas mallas rojas que realzan con dudoso orgullo aquellas partes de menor orgullo. Por fortuna todo ello estaba ya más o menos olvidado. 

A quien realmente hemos echado en falta es a la modesta almendra, parte fundamental de estas fiestas. Y, a pesar de su importancia, pasará un año más desapercibida sin homenaje alguno. Se ensalzarán otros miembros del reino vegetal como abetos, acebos, muérdagos, etc. Pero a la almendra, nada de nada. 

Seguro que muchos os preguntareis con cierta sorna incrédula, si realmente merece más atención el noble fruto del almendro. Y es que algunos ignoran que es el ingrediente principal de nuestros postres más tradicionales: almendrados, turrones, polvorones, nevaditos, mantecados, mazapanes, galletas, roscones, guirlaches, cagadillos, almendras azucaradas o almendras rellenas, delicias que surcarán nuestras mesas en estos días. 

Prunus dulcis, almendro
Dibujo a plumilla y aguada de flor de almendro (Prunus dulcis).
Autor: A. Cristina Losa
Con algo de pena y nada de gloria, la sufrida almendra será un año más ignorada. 

Pero hemos de saber que el almendro (Prunus dulcis), aunque muy nuestro, es una especie foránea. Su lugar de procedencia parece remontarse a determinadas áreas de Afganistán y Turquestán. Los persas pudieron ser los primeros en cultivar este árbol, expandiéndose su cultivo a Asia Menor. Su difusión por la zona mediterránea se debe a los fenicios, griegos, romanos y árabes, siendo los fenicios los primeros que introdujeron las semillas y los griegos quienes lo cultivaron. Casi simultáneamente llegará a la península ibérica. 

Y desde entonces ha sido cultivado el almendro formando parte de nuestra tradición más arraigada. No es muy conocido el hecho de que el almendro posea dos variedades la dulce (Prunus dulcis var. dulcis) y la amarga (Prunus dulcis var. amara). Esta última variedad contiene un glucósido cianogénico, la amigdalina, que libera nada menos que cianuro. Las almendras amargas son capaces de producir la muerte a los jabalíes que se las comen, y mezcladas con grasa de cabra las empleaban los árabes para matar a las fieras. Cada almendra amarga puede contener hasta 1 mg de esta toxina, por lo que sería necesario que el incauto seleccionado, ingiriera entre 50 a 60 semillas. Su eficacia era tal que los tribunales del antiguo Egipto empleaban este modo para la ejecución de la pena de muerte. 

Pero quizá de los citados dulces el más mediático sea el polvorón, con un contenido de entre 3 a 4 gramos de almendras. Y es que, sus redondeces y seductora suavidad no deja indiferente a nadie. Quizá eso ha llevado al curioso trato que recibe este provocador dulce. Algunos en delicado protocolo los desnudan lentamente, muy lentamente, inmersos en los más profundos e inconfesables pensamientos, imaginándose Dios sabe qué. Para irlo comiendo despacio, con sumo cuidado de no derramar su preciado contenido. Por el contrario, otros gustan de someterlo a duras sesiones de tortura y aplastamiento para posteriormente desgarrarle sus ropajes antes de la brutal ingesta.

Ha ocurrido alguna vez durante esa deglución como el ufano goloso ha pretendido atajar la obstrucción de su garganta -producida por el ansia de la ingestión- con el vertido, por el congestionado gráznate, de cualquier bebida espirituosa. En especial de aquellas de burbujas, tan comunes en estas fiestas, con resultados impredecibles. Y es que, en más de una ocasión, hemos podido observar como el cosquilleo de las pompas ocasiona la inoportuna expectoración que se traduce en un repentino viaje de las inocentes semillas de ajonjolí que sirven de ornato al polvorón (y toda aquella masa que le acompaña). Momento éste en el que comienza una inesperada diáspora, donde las semillas son violentamente expulsadas con una serie de apasionados esputos, para terror del resto de comensales. 

Así que desde aquí queremos rendir un merecido homenaje al almendro y a su distinguido fruto, como parte esencial de nuestras fiestas navideñas. 

¡Tan solo nos queda desearos unas Felices Fiestas, llenas de almendras, aunque seguro que más de uno, en algún momento tendrá la tentación del empleo de su variedad amarga!