La ilusión de visitar durante este verano las Islas Cies, pertenecientes al Parque Nacional de las Islas Atlánticas, de las que llevábamos tiempo con ganas de conocer, pronto se vio frustada al dar los primeros pasos y descubrir la sorprendente alteración en la que se encuentra su vegetación natural. Estas islas presentan en la actualidad un lamentable estado de sus formaciones vegetales sorprendiendo las nulas medidas para la recuperación de la flora natural. El establecimiento de una completa colección de flora alóctona e invasora ha desplazado en la mayor parte de su superficie a la interesante vegetación autóctona que debía de existir.
Esta alteración del medio natural de las islas Cies ha provocado una total transformación de su paisaje, quedando reducida la flora autóctona a unas escasas áreas. La etapa clímax de vegetación de las zonas más interiores parece corresponder a un rebollar (Quercus pyrenaica) evolucionando a sus correspondientes etapas de degradación. Sin embargo, la elevada degradación del medio ha permitido el establecimiento de numerosas especies exóticas como acacia de madera negra (Acacia melanoxylon) o eucalipto (Eucalyptus globulus). Sorprende que hasta este momento no se hayan tomado medidas serias que impidan el establecimiento de esta flora en unos ecosistemas tan frágiles como componen este sistema insular.
El elenco de especies foráneas que podemos ver nos ha dejado realmente sorprendidos y decepcionados. Eucaliptos, mimosas, acacias (Robinia pseudoacacia), conizas (Conyza sp.), uñas de león (Carpobrotus edulis) y otras innumerables especies.
Las causas parecen descubrirse cuando observamos ordas de turistas desembarcando impunemente por toda la isla que se expanden cual peligrosa mancha de chapapote por los malogrados ecosistemas. Parece evidente, que la excesiva presión turística está llevando a la pérdida de los muchos valores naturales de estas preciosas islas. ¿A qué se espera para tomar medidas que reparen esta situación?
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